Hacemos una película. Tenemos que interpretar a diferentes personajes y llevar a cabo unos diálogos que nos informen sobre las diferentes situaciones. Aprendemos algunas de las diferencias que existen entre la vida real y el mundo de las películas. Allí las heridas y la sangre, como dicen ellos y ellas, no son de verdad y ponen ketchup o salsa de tomate.
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